San Francisco de Asís

San Francisco de Asís nació en 1181 en Italia de un rico comerciante de telas y una madre que murió poco después de su nacimiento. Después de que ella muriera, su padre se volvió a casar y tuvo más hijos con su segunda esposa, lo que significó que St. Francis fue hijo único durante la mayor parte de su infancia. Su padre también tenía una amante, lo que significaba que la familia en la que creció trataba a San Francisco como menos que humano. Esto lo llevó a distanciarse mucho de la sociedad en general, a pesar de que vivió entre ellos la mayor parte de su vida. .

Estudió derecho por un corto tiempo antes de estudiar teología y luego convertirse en fraile bajo la protección de Santo Domingo.

 

San Francisco de Asís y su espíritu desinteresado

San Francisco de Asís fue un hombre de paz, amor y espiritualidad. Pasó su vida predicando el evangelio de Cristo a la gente de Italia. Se convirtió en un símbolo de caridad y servicio desinteresado a los pobres y enfermos.

San Francisco es uno de los hombres más famosos de la historia porque vivió su vida de acuerdo con sus propios valores: caridad, paz, amor, espiritualidad, y se mantuvo fiel a ellos hasta el día de su muerte en 1226 a la edad de 42 años.

 

San Francisco y sus obras milagrosas

San Francisco fue un fraile católico italiano y el fundador de la Orden Franciscana. Su vida es una de las historias más conocidas de la historia cristiana y ha sido llamado el «Padre del cristianismo occidental».

San Francisco nació en Asís, Italia, de un rico comerciante de telas, Pietro Bernardone. Tenía tres hermanos y cinco hermanas. Su padre murió cuando solo tenía nueve años y su tío lo cuidó hasta que ingresó en una orden religiosa a los 17 años. Hizo sus votos como miembro de la Tercera Orden de San Francisco el 24 de diciembre de 1223, alrededor de los 18 años. o 19.

Cuando San Francisco comenzó a predicar en lugares públicos, muchas personas se sintieron inspiradas por sus palabras y hechos. El Papa lo nombró obispo a los 36 años.

 

San Francisco y su amor por los animales

San Francisco de Asís es uno de los santos más amados de la Iglesia Católica. Es conocido por su amor por los animales y la naturaleza. Fue un hombre que vivió una vida sencilla, se dedicó a Dios y fue amado por todos.

Francisco tenía un amor particular por los animales y creía que fueron creados por Dios. Su enfoque principal en los animales surgió de su creencia de que fueron creados para ser amigos y compañeros de los humanos.

San Francisco a menudo se representa con un animal a su lado, típicamente un pájaro o un perro.

San Francisco fue un hombre de fe fuerte y de profundo amor por los animales. Él creía que los humanos y los animales son iguales a los ojos de Dios.

En este artículo, discutiremos cómo el amor de San Francisco por los animales ha jugado un papel importante en la configuración de su legado.

San Francisco de Asís es conocido como uno de los líderes religiosos más influyentes de la historia. Su vida es un testimonio de su profunda fe y amor por todos los seres vivos, incluidos los animales. La influencia de San Francisco en la sociedad moderna todavía se siente hoy.

 

Biografía de San Francisco de Asís

Francisco de Asís nació como Giovanni. Era hijo de Pietro Bernardone dei Moriconi y de la noble provenzal Joanna Pica de Bourlémont; tenía al menos otro hermano, llamado Angelo.1718 Su padre era un exitoso comerciante de telas que formaba parte de la burguesía de Asís y viajaba constantemente a Francia para las ferias locales.

Según algunos relatos, fue su afecto por esta tierra lo que llevó a su padre a apodarlo Francesco o el pequeño francés; también es probable que el joven fuera conocido así por su afición a la lengua francesa y a las canciones de los trovadores.

Francisco recibió la educación regular de la época, donde aprendió latín. De joven se caracterizaba por su actitud despreocupada: no tenía ningún problema en gastar dinero con sus amigos en sus salidas periódicas, ni en dar fastuosas limosnas20 ; como todo hijo de un potentado, tenía la ambición de triunfar.

En su juventud, la ciudad ya estaba envuelta en conflictos para recuperar su autonomía del Sacro Imperio Romano. En 1197 consiguieron liberarse del dominio germánico, pero a partir de 1201 se vieron envueltos en otra guerra contra Perugia, apoyados por los nobles desterrados de Asís.

En la batalla de Ponte San Giovanni, en noviembre de 1202, Francisco fue hecho prisionero y permaneció cautivo durante al menos un año.

Según los relatos, fue durante un viaje a Apulia cuando partía hacia la batalla, cuando oyó una voz durante la noche que le recomendaba volver a Asís. Así lo hizo y regresó, para sorpresa de quienes lo vieron, todavía jovial, pero ahora inmerso en una meditación solitaria.

La culminación de su transformación llegó cuando convivió con los leprosos, a los que hasta entonces había encontrado extremadamente amargos.

Entonces se dedicó a reconstruir la capilla de San Damián. Según los relatos, lo hizo después de ver que el crucifijo de esa iglesia le decía: Francisco, ve a reparar mi iglesia, que está cayendo en la ruina. Entonces decidió vender el caballo y los bienes de su padre en Foligno, volvió a San Damián con el dinero y se lo ofreció al sacerdote, pero éste lo rechazó.

Su padre, al notar el comportamiento de su hijo, fue a buscarlo enojado, pero Francisco estaba escondido y no pudo encontrarlo. Un mes más tarde, decidió enfrentarse él mismo a su padre. En el camino de vuelta, la gente con la que se encontró le dio un mal recibimiento y, tomándole por loco, le lanzaron piedras y barro.

Cuando su padre estaba furioso y de viaje de negocios, su madre lo liberó de las cadenas. A su regreso, fue ella quien recibió las reprimendas del señor de la casa y se dispuso a buscar de nuevo al muchacho en San Damián, pero Francisco se levantó con calma y le aseguró que se enfrentaría a cualquier cosa por amor a Cristo.

Pietro Bernardone, más preocupado por la pérdida de sus bienes, se dirigió a las autoridades civiles para obligarle a presentarse, pero el joven se negó alegando que ya no pertenecía a la jurisdicción civil, por lo que las autoridades dejaron el asunto en manos de la Iglesia.

Francisco se sometió al llamamiento de la autoridad eclesiástica. Cuando se le pidió que devolviera el dinero ante su padre y el obispo de Asís, llamado Guido, no sólo lo hizo, sino que se despojó de toda su ropa ante los jueces, proclamando que Dios era su verdadero Padre.