El 16 de diciembre, el santoral católico celebra la memoria de varios santos que dejaron una huella importante en la historia de la Iglesia.
San Lázaro de Betania
San Lázaro de Betania es conocido principalmente por ser el amigo cercano de Jesús, quien lo resucitó de entre los muertos, un milagro que se relata en el Evangelio de San Juan (11:1-44). Lázaro era el hermano de Marta y María, quienes también son figuras importantes en el cristianismo. Tras su resurrección, Lázaro se convirtió en un predicador del Evangelio y se dedicó a difundir las enseñanzas de Cristo. En algunas tradiciones se le atribuye el haber sido uno de los primeros obispos de Marsella, Francia, donde se celebran festividades en su honor, especialmente en la región de Provenza.
San Esturmio
San Esturmio fue un monje y abad del siglo VII, conocido por haber sido el fundador del monasterio de Luxeuil, en lo que hoy es Francia. Se le atribuye una vida de profunda devoción y una labor importante en la expansión del cristianismo en las regiones de la actual Francia. Esturmio fue discípulo de San Columbano, y juntos trabajaron en la evangelización de las tierras galas. Su festividad es especialmente celebrada en la región de Borgoña, Francia, donde se honra su contribución a la vida monástica y al desarrollo del cristianismo en la región.
San Josep Manyanet y Vives
San Josep Manyanet y Vives fue un sacerdote y fundador de la Congregación de las Hijas de las Sagradas Familias de Nazaret y la Sociedad de San José de la Montaña. Nació en España en 1833 y dedicó su vida a la educación y la promoción de los valores cristianos. Su trabajo fue especialmente importante en la formación de la juventud y en la atención a las familias. Su legado perdura en las numerosas instituciones educativas que llevan su nombre, y su festividad se celebra especialmente en Cataluña, España, donde nació.
San Juan de Mata
San Juan de Mata fue un sacerdote francés del siglo XII, conocido por ser el fundador de la Orden de la Santísima Trinidad, conocida también como los Trinitarios. Esta orden tenía como objetivo principal la liberación de los cristianos cautivos por los musulmanes durante las cruzadas. A lo largo de su vida, San Juan de Mata dedicó su labor a la atención a los prisioneros y la promoción de la paz. Su festividad es celebrada principalmente en Francia, pero también en otros países con una fuerte tradición trinitaria.
San Judicael
San Judicael fue un rey y abad de la región de Bretaña, en lo que hoy es Francia. Nació en el siglo VI y, tras una exitosa carrera como monarca, decidió renunciar a su trono para dedicarse a la vida monástica en el monasterio de Saint-Malo. Allí vivió una vida de oración y servicio a los demás. San Judicael es venerado especialmente en la región de Bretaña, donde se le honra como un modelo de humildad y dedicación religiosa.
San Modesto
San Modesto fue un obispo y mártir cristiano del siglo III, conocido por su valentía al defender la fe cristiana durante las persecuciones romanas. Fue uno de los primeros obispos de la ciudad de Trento, en Italia, y sufrió el martirio bajo el emperador Diocleciano. Su culto es especialmente popular en Trento, donde se celebran misas en su honor cada 16 de diciembre.
Santa Bega
Santa Bega fue una princesa irlandesa que, tras la muerte de su esposo, decidió dedicarse a la vida religiosa. Se trasladó a Escocia, donde fundó un monasterio en el que vivió una vida de oración y austeridad. A lo largo de su vida, Bega se dedicó a ayudar a los necesitados y a promover la vida monástica. Su festividad es celebrada en Escocia, especialmente en la región de Galloway, donde se cree que pasó sus últimos años.
Santa Vivina
Santa Vivina fue una monja y abadesa de la región de Flandes, conocida por su dedicación a la vida monástica y su servicio a la comunidad. Vivió en el siglo VII y fundó un monasterio en la ciudad de Ghent, donde ejerció una gran influencia sobre el desarrollo de la vida cristiana en la región. Su festividad es celebrada en Bélgica, especialmente en la ciudad de Ghent, donde se le honra como una figura clave en la evangelización de la región.
Santa Yolanda
Santa Yolanda fue una princesa polaca del siglo XIII que, tras enviudar, se dedicó a la vida religiosa. Fundó el convento de las Hermanas de la Misericordia en Polonia, y a lo largo de su vida se destacó por su amor hacia los pobres y su dedicación a la oración. Su festividad es celebrada en Polonia, donde es venerada como un ejemplo de piedad y servicio a los demás.
El 16 de diciembre nos ofrece una rica diversidad de santos y santas, cada uno con su propio legado y huella en la historia de la Iglesia.
Desde monjes y monjas fundadores de monasterios hasta mártires valientes que defendieron su fe, estos santos siguen inspirando a los creyentes hoy en día.
Las celebraciones en su honor se llevan a cabo principalmente en Francia, España, Polonia y Bélgica, donde sus vidas siguen siendo ejemplo de fe, dedicación y servicio.