San Mateo, conocido también como Levi en algunos pasajes bíblicos, es uno de los doce apóstoles elegidos por Jesucristo y el autor del primer Evangelio del Nuevo Testamento.
Su historia es una de transformación, desde su vida como recaudador de impuestos hasta su consagración como apóstol y evangelista.
Primeros años y contexto
San Mateo nació en Cafarnaúm, una ciudad situada a orillas del Mar de Galilea, en una familia judía de la tribu de Leví.
Si bien los Evangelios no mencionan una fecha exacta de su nacimiento, se cree que Mateo vivió durante el primer siglo d.C. en una época de dominación romana en Judea.
Como recaudador de impuestos, su trabajo consistía en cobrar tributos para el Imperio Romano, un empleo muy mal visto por sus contemporáneos judíos debido a la opresión de los romanos y la frecuente corrupción de los publicanos.
El oficio de Mateo lo colocaba en una posición de desprecio social, ya que los recaudadores de impuestos eran considerados traidores al colaborar con los invasores romanos y a menudo se les asociaba con prácticas injustas.
Sin embargo, esta ocupación fue clave para su posterior papel como evangelista, ya que le proporcionó habilidades en la escritura y el manejo de las cuentas, elementos importantes en la creación de su evangelio.
El llamado de Jesús
El evento que transformó la vida de Mateo ocurrió cuando Jesucristo lo llamó a seguirlo. El Evangelio de Mateo relata este momento de manera sucinta:
«Al pasar Jesús, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el banco de los tributos públicos, y le dijo: ‘Sígueme’. Y él se levantó y lo siguió» (Mateo 9:9).
Este breve relato describe un acto de fe radical: Mateo deja todo, su trabajo y su vida anterior, para seguir a Jesús.
Este gesto fue especialmente significativo dado el desprestigio social asociado a su ocupación como publicano. La decisión de Mateo representa una entrega total al llamado de Dios y un renacimiento espiritual.
El apóstol evangelista
Después de unirse al grupo de los apóstoles, Mateo fue testigo directo de los milagros y enseñanzas de Jesús.
Estaba presente en los momentos más importantes del ministerio de Cristo, incluyendo su crucifixión, resurrección y ascensión. Además de su rol como apóstol, San Mateo es famoso por haber escrito el primer Evangelio del Nuevo Testamento, el Evangelio según San Mateo.
El Evangelio de Mateo fue escrito principalmente para una audiencia judía. Esto se evidencia en su enfoque en la ley mosaica y las numerosas citas del Antiguo Testamento que subrayan a Jesús como el cumplimiento de las profecías mesiánicas.
Mateo se esforzó por mostrar que Jesús era el Mesías prometido, el descendiente de David, y el Salvador de Israel. Entre las particularidades de su evangelio destacan:
– El Sermón del Monte: Uno de los discursos más importantes de Jesús, que contiene las Bienaventuranzas y una amplia enseñanza moral y espiritual.
– El Padre Nuestro: La oración por excelencia del cristianismo.
– Las parábolas del Reino de los Cielos: Mateo recopila varias de las parábolas más conocidas de Jesús, como la del sembrador y la del grano de mostaza.
– La Gran Comisión: En Mateo 28:19-20, Jesús comisiona a sus discípulos para ir y hacer discípulos en todas las naciones, una directiva clave en la misión evangelizadora de la Iglesia.
Misión y martirio
Después de la ascensión de Jesús y de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés, Mateo llevó el mensaje de Cristo a varias regiones.
Según la tradición, predicó en Judea durante un tiempo antes de llevar el Evangelio a países más distantes, como Etiopía, Persia y partes de Asia Menor.
Aunque los detalles varían según las fuentes, se cree que Mateo fue martirizado por su fe mientras predicaba el cristianismo.
Algunas versiones afirman que fue asesinado con una lanza o una espada, mientras que otras mencionan su muerte a manos de un rey local por haber convertido a su familia.
Iconografía y simbolismo
San Mateo es representado en el arte cristiano de varias maneras, a menudo acompañado de un ángel o un hombre alado, una de las cuatro figuras tradicionales que representan a los evangelistas.
Este símbolo proviene de la visión del profeta Ezequiel y del Apocalipsis, donde se describe a cuatro seres vivientes que rodean el trono de Dios, cada uno con una cara diferente: un león, un toro, un águila y un hombre.
El hombre alado es el símbolo de Mateo porque su evangelio comienza con la genealogía de Jesucristo, destacando su naturaleza humana y su descendencia directa de David y Abraham.
También se le suele mostrar sosteniendo un libro o pergamino, simbolizando su papel como evangelista y autor de uno de los evangelios.
San Mateo y la Iglesia
La fiesta de San Mateo se celebra el 21 de septiembre en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, así como en algunas otras denominaciones cristianas.
Esta fecha es una oportunidad para reflexionar sobre el poder transformador de la llamada de Cristo y el impacto que San Mateo tuvo en la difusión del cristianismo a través de su evangelio.
La figura de San Mateo es un recordatorio de que Jesús no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores.
Su conversión es un testimonio del amor y la misericordia de Dios, que transforma incluso a aquellos que son considerados indignos por la sociedad.
Además, San Mateo, a través de su evangelio, sigue siendo una fuente clave para entender la vida y las enseñanzas de Jesús, ayudando a millones de personas a lo largo de los siglos a encontrar la fe en Cristo.
San Mateo, Apóstol y Evangelista, es una figura clave en la historia del cristianismo. Su transformación de recaudador de impuestos a apóstol y su contribución literaria en el Evangelio que lleva su nombre lo han establecido como uno de los pilares de la fe cristiana.
Celebrado el 21 de septiembre, su vida nos invita a la conversión, al seguimiento fiel de Cristo y a la proclamación del Evangelio en todos los rincones del mundo.
Su legado sigue vivo no solo en su testimonio de vida, sino también en el impacto duradero de su evangelio, que ha guiado y fortalecido a innumerables generaciones de creyentes.
La Iglesia Católica celebra su fiesta el 21 de septiembre.