El calendario juliano precedió al actual gregoriano que es el más utilizado en la actualidad salvo contadas excepciones en países cuya historia y cultura hizo que fuera diferente, el calendario juliano se decidió implantar en el año 46 a. c, fue precisamente Julio César que lo decidió con motivo de la reforma del calendario romano.
El imperio romano fruto de la expansión de su territorio lo implantó hasta que progresivamente fue sustituido por el gregoriano el cual es el mayoritario en la actualidad.
El calendario juliano tiene similitudes con el gregoriano con la salvedad de un porcentaje aproximadamente del 0,002% equivalente a la exactitud en el número de días. Mientras que en el calendario juliano el cálculo anual era de 365,25 días, en el gregoriano es de 365,2425. El calendario tiene 3 días bisiestos adicionales comparado con el gregoriano.
Antiguamente se usaba el calendario lunar en muchas culturas, hay evidencias científicas que dan fe que en Antiguo Egipto se calculaba el tiempo mediante el mencionado calendario lunar para poder predecir las crecidas del río Nilo.
Tras el calendario lunar se decidió usar uno que constaba de 1o meses, en los antiguos pueblos itálicos había diferentes criterios y algunos usaban su propio calendario lo que suponía un desfase entre ellos por lo que hubo la necesidad de unificarlos. Finalmente Julio César implantó su propio calendario el cual se instauró en todo el imperio romano hasta ser sustituido por el gregoriano el cual está vigente en nuestros días en la mayoría de países.
La reforma pretendía hacer coincidir las festividades romanas a las estaciones del año y a su vez a los momentos astronómicos en los que sucedían.
El año 153 a. c. se decidió tomar el 1 de enero como el primero del año en lugar del 1 de marzo, posteriormente el emperador Constantino I implantó la semana de 7 días basándose en el calendario lunar de los mesopotámicos, además se decretó el domingo como día festivo en detrimento del sábado que era el tradicional para los judíos.
Todos los cambios implementados en el calendario tenían como objetivo consensuar los periodos anuales entre otros motivos para una mejor planificación y para poner orden.
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